Verona cada año se convierte en una de las más visitadas de toda Italia, y es que en ella se sitúa la Casa de Julieta, protagonista de la famosísima obra de William Shakespeare, con aquel balcón en el que se juraron amor eterno Romeo y Julieta.
Aunque no hay evidencias de que los Capuleto vivieran en el edificio, millones de enamorados se acercan todos los años para hacerse promesas románticas. Constantemente llegan cartas para Julieta, que dejan en el pasillo de entrada al patio del castillo, procedentes de todo el mundo: cartas de amor y desamor, en todos los idiomas, nombres dentro de corazones, juramentos, toda una leyenda de la literatura, que convierten la Casa de Julieta en un espacio romántico, pero del que además destaca su arquitectura medieval, muy cerca de la piazza delle Erbe.
Efectivamente existieron dos familias en Verona con los nombres de Montesco y Capuleto (el nombre exacto era Cappelletti). De estos Cappelletti sí se tiene constancia de su estancia en la Casa de Julieta al menos desde el siglo XII como atestigua el escudo de armas de la familia situado sobre el arco de entrada al patio de la casa.
El edificio ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de los años y del siglo XIII tan sólo se conserva la puerta de entrada.
En el siglo XIV el palacio se convierte en un hospitium hasta finales del XV. Entre los siglos XVII y XIX el edificio hace las funciones de posada y de pésima calidad según una descripción que Dickens hace de ella.
Finalmente, en 1905, la Casa de Julieta es transformada en un museo y entre 1936 y 1940 el historiador Antonio Avena hace una restauración agregándole varios pintorescos balcones y convirtiéndola en una de las atracciones turísticas más importantes de Verona.
Desde 1935, la ciudad consiguió hacer suya la frase de Shakespeare: “Nada hay fuera de las murallas de Verona” .
En el patio de la casa hay, además, una estatua de bronce y un nuevo mito popular augura buena suerte en el amor si se le toca el seno derecho. De ahí que esa sea una de las fotografías más comunes en las cámaras de todos los visitantes.
Desde abril de 2009, el balcón en el que Romeo cortejó a su Julieta ha abierto sus puertas para que todos aquellos que lo deseen puedan celebrar su boda civil. Por un precio de entre 600 y 1.000 euros (dependiendo de la procedencia de los enamorados) el ayuntamiento de la ciudad ha encontrado una romántica (y lucrativa) manera de casarse… y eso que la historia se basa en el amor trágico.
Es un clásico dentro de la oferta de visitas románticas y viajes para enamorados, para conocer Italia.