Texto: Javier Carrillo
Soberana e intercontinental, la República de Turquía se encuentra entre Asia y Europa, extendiéndose por toda la península de Anatolia y Tracia en la zona de los Balcanes, un hecho que alimenta el prestigio de su tradición histórica, ubicada entre las culturas y civilizaciones orientales y occidentales. Con unas costas acariciadas por los mares Negro, Egeo y Mediterráneo, Turquía es un inmenso y asombroso museo al aire libre rebosante de un vasto legado cultural, y no sólo por sus mezquitas y monumentos, pues también destacan su música, su literatura, las exóticas y sensuales danzas orientales, así como su gastronomía y costumbres, desde los caravasares y el arte del regateo en sus mercados, hasta unos exquisitos, espesos cafés turcos, para ser acompañados con el deleite humenate de su tradicional pipa.
Un sitio en la Tierra que se proclama como punto vital en su historia, al contar con urbes como Troya, la antigua ciudad de nueve niveles cuya fama procede de La Iliada, de Homero, o quizá a Pérgamo, uno de los más importantes centros culturales, comerciales y médicos del pasado, o las asombrosas atracciones del Efeso, la ciudad antigua mejor conservada de Asia Menor, con su Templo de Adriano, el Odeón, la Casa de la Virgen María y la columna de Artemision, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Además, en este lugar lleno de historia también puede explorarse la fascinante región de Capadocia, con su fantástico paisaje lunar con bellas y extrañas formaciones de lava, o bien, visitar un taller artesanal de alfombras, y en Ankara, capital de Turquía, asistir al Museo de las Antiguas Civilizaciones de Anatolia y al Mausoleo de Atatürk, fundador de la Turquía moderna.