Texto: Javier Carrillo
Al ser la segunda nación más grande del mundo, China no podía carecer de innumerables e imponentes bellezas naturales y paisajes tan únicos como hermosos. Dueña de una filosofía y espiritualidad milenaria, su exotismo e identidad rebasa los límites de su singular caligrafía, para plantarse en una de las culturas más asombrosas e interesantes en todos los aspectos, además de ser devotamente fieles a sus tradiciones y costumbres. Cuna de grandes dinastías, esta república cuenta con una de las atracciones más visitadas del mundo, la Gran Muralla, pero no son menos famosos otros motivos para ir, como sus fiestas, un arte sencillo y elegante, además de todo un folclor plasmado en sus artesanías, junto con un sinfín de lugares históricos y culturales.