Nick Waterhouse es descrito desde el principio de su carrera como un hombre joven que hace viejo rhythm’n’blues, además de un icono de los activistas de sonidos anteriores al rock’n’roll, pero facturados, eso sí, desde el presente y con una energía y una prestancia actuales. Nacido en el sur californiano a finales de los 80, creció marcado por las preferencias clásicas de sus padres en cuanto a soul, blues y rock.
Fue cultivando esa tendencia primero en sus años de instituto (cuando formó su primera banda, The Intelligista) y después cuando se trasladó a San Francisco y trabajó de dependiente en una tienda de discos vintage (una historia muy en la línea del libro “Alta fidelidad” de Nick Hornby). Y así llegó el momento del primer single, “Some Place”, que voló rápido entre coleccionistas de rhythm’n’blues actual, y luego un EP de cinco canciones, “Is That Clear” (2011). Al año siguiente, LP de debut, “Time’s All Gone”. El segundo, “Holly”, llegó en 2014. Y entre ambos se dedicó a producir la psicodelia garagera de Allah-Las. Con «Never Twice» (2016) ha completado su primera trilogía. Lo ha hecho aportándole a la banda más espacio que en sus trabajos previos, con solos del órgano y el saxo tenor en nueve de sus diez cortes, y refinando su sonido. En estos tres álbumes Nick ha ido borrando fronteras entre lo clásico y lo contemporáneo, añadiendo toques de sucinta y contagiosa modernidad a su réplica a los años 50 y 60.
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